Tras meses de deliberación, Vegas Altas es el nombre definitivo para la unión de Don Benito y Villanueva. Una unión que a pesar de todo pronóstico, ha resultado polémica y muy mediática.
Esta novedosa fusión en Extremadura me despierta mucha curiosidad. ¿Será positivo para sus ciudadanos y ciudadanas?. Personalmente me declaro un defensor absoluto de la unión y el asociacionismo, soy de aquellos que piensan que remando juntos llegas más lejos que remando uno sólo. Desafortunadamente la valoración final es algo que sólo sabremos con el tiempo. Mientras, lo que podemos analizar es lo que ya ha pasado, de ahí este artículo con un análisis de este proceso que nos ha enseñado valiosos puntos.
Qué hemos aprendido de la unión de Don Benito-Villanueva
Un proyecto claro. Una norma esencial en todo proceso democrático es dejar muy claro el proyecto y pedir la máxima participación a sus vecinos/as. En este caso la consulta era clara: Para que la fusión se llevase a cabo se necesitaba el respaldo mínimo del 66% de los votos. Donde se falló aquí fue en la participación. Tan sólo votaron un 52,42% de la población en Don Benito (de los cuales un 66,27% votó sí) y un 58,94% en Villanueva (de los cuales un 90,49% votó sí).
Si no votas, no te quejes. En estos casos debemos aprender a depositar nuestro voto en las urnas. No debemos hacer caso a los rumores o previsiones, vota y así podremos tener un resultado más fiel a la realidad.
Transparencia. El recuento de votos fue otra anécdota para olvidar de este proceso. Es clave informar de cualquier percance que ocurra para evitar la especulación.
Mi último punto es la identidad. Ningún vecino/a estaba conforme con perder el nombre de su ciudad. Hay muchos casos similares donde se optó por la unión de ambos nombres como Brighton & Hove en Inglaterra.