¿Nos podremos bañar en ríos este verano? Me encantaría dar una respuesta contundente, pero me temo que hay muy pocos estudios sobre ello. Dan Shapley , director del portal riverkeeper.org ha publicado un artículo donde dice «Si bien es probable que cualquier riesgo de exposición potencial sea sustancialmente menor que para otros modos de transmisión (como el contacto interpersonal), la evidencia disponible sugiere un riesgo potencial de exposición al virus COVID-19 en aguas contaminadas con aguas residuales.» Es decir, cuanto menos esté expuesta a los vertidos residuales, menos probabilidad de contagio tiene. El debate aquí será en el aforo. Se permitirán grupos muy pequeños y por tiempo limitado.
Bañarse en la playa no debería ser un foco de contagio del coronavirus por el efecto de dilución que tiene el mar, pero a día de hoy tampoco tenemos ninguna certeza de ello. Algo similar pasa con las piscinas. Muchos comentan que con el aumento de las temperaturas, la capacidad desinfectante del cloro permite reducir considerablemente los contagios en el agua. Lamentablemente nadie nos lo garantiza el 100%.
[sc name=»mpu»]
Extremadura, una de las opciones para el verano
Después de un mes sin actividad, los hoteles de interior y casas rurales empiezan a ver algo de esperanza. El número de reservas para este verano está subiendo, eligiendo Extremadura como uno de los principales destinos.
Las vacaciones del 2020 serán muy parecidas a las de 1950, todos volveremos al pueblo. ¿Dónde mejor? Núcleos urbanos pequeños, sin aglomeraciones, con buena gastronomía y actividades para toda la familia. Hemos hablado con Ángel Vicente Simón de la empresa de actividades Garganta de los infiernos y nos confirman que ven el verano con mucho optimismo. «En el Valle del Jerte, la primavera nos supone el 50% ó 60% de la facturación anual. Al no haber tenido ingresos, todas nuestras esperanzas están en este verano».