Es el mayor drama en Extremadura durante este verano y quizás del 2015 a nivel ecológico. Cerca de 7000 hectáreas arrasadas por un fuego que dura cerca de 48 horas en Sierra de Gata. Ya van más de 1880 personas evacuadas pertenecientes a Acebo, Perales del Puerto y Hoyos. Una gran marea de humo negro que tiñe Extremadura de negro una vez más.
El Presidente del gobierno extremeño, Guillermo Fernández Vara, comunicaba ayer que había indicios para sospechar de que el origen del incendio en Sierra de Gata fue provocado. Pero, ¿qué hay detrás de estos incendios? ¿A quién beneficia quemar nuestros bosques?
Lo primero que nos viene a la cabeza en la figura del pirómano, personas que se sienten atraídas por generar y propagar el fuego. Esto hace que se dediquen a provocar incendios de manera repetitiva por un transtorno del control de sus impulsos. Sin embargo según datos policiales los pirómanos están detrás de tan sólo el 5% de los incendios.
El motivo económico parece ser el que está detrás del resto de los incendios forestales en nuestro país. Por ejemplo, en la industria de la fabricación de celulosa, el precio de la madera es lo que más repercute en los costes de producción. Eliminar competencia, les hace tener un futuro más fuerte.
Nuestras leyes actuales tampoco nos benefician nada. La ley aprobada en el 2006, prohibía el cambio de uso forestal de las zonas incendiadas durante treinta años. Esta medida evitaba que se provocaran incendios forestales con fines especulativos. Sin embargo una nueva normativa aprobada recientemente echa por tierra esta medida al determinar que las comunidades podrán acordar cambios de uso forestal en zonas incendiadas, justificando la existencia de un interés general prevalente y mediante el establecimiento de medidas compensatorias.
Por último destacar también las mafias que hay detrás de la ecología. Existen empresas que se encargan de repoblar zonas arrasadas por el fuego que se ven altamente beneficiadas después de desastres como este.
Desafortunadamente, es pronto para encontrar culpables, y ahora todos los esfuerzos están concentrados en salvar el mayor número de personas posible. Lo que sí vemos que está detrás de los incendios es la solidaridad extremeña. A escasas horas de conocer está trágica noticia, numerosos voluntarios se han acercado a la zona y ayuntamientos cercanos organizan colectas para los evacuados.
Ya van 48 horas y nos estamos quedando sin bosques, sin naturaleza. Debemos ser más respetuosos con lo que tenemos, conservar las zonas verdes, aumentar las penas y mejorar nuestros servicios de vigilancia. En momento como estos, todos somos Sierra de Gata.
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¡VERGÜENZA e INDIGNACIÓN!
No puede comprenderse como es posible que los graves delitos contra la biodiversidad cometidos por pirómanos o sicarios medioambientales al servicio de oscuras operaciones especuladoras, no sean tipificados como crímenes de lesa humanidad, ya que el exterminio de ecosistemas, afecta a las condiciones de vida no solo de la ciudadanía sino de especies animales y vegetales, sin mencionar la pérdida de masa forestal que de manera natural luche contra el cambio climático.
Para quien lo desconozca, los bosques no solo constituyen el pulmón del planeta, sino que sirven como magníficos reguladores del agua y del nivel térmico a escala planetaria. Respira nuestra polución y nos devuelve su oxigeno. Filtra y limpia el aire atrapando partículas en sus hojas sirviendo de hábitat natural en forma de morada, alimento y refugio a multitud de especies; no solo a aves, sino a mamíferos, reptiles, roedores e insectos, gracias a los cuales junto a la acción del viento se produce la polinización.
Contribuye a la lucha contra la erosión del suelo y su desertización. Muchos nos proporcionan alimento, otros propiedades curativas e incluso aromas para el ambiente del hogar. Siempre y cuando sea de manera sostenible, nos suministran leña como combustible, materias primas como el corcho, resinas, látex, caucho, celulosa para la industria papelera, madera para la construcción de casas y variado mobiliario, postes telefónicos, y un sin fin de prácticos utensilios y objetos decorativos, generando una enorme industria con innumerables puestos de trabajo directos e indirectos. Y cuando muere, su descomposición genera nutrientes para otras especies.
Pero como en todo…, mientras la televisión siga encendida y nuestra única preocupación sea defender nuestra comodidad en vez de preservar el medio natural que nos sirve de morada y sustento, peores serán las condiciones de vida que aceleradamente ya padecemos, sin mencionar la ruina que sufrirán las futuras generaciones que sin duda se acordarán de las presentes cuando pudimos hacer algo y miramos a otro lado.
¡Qué vergüenza de especie!?