Los primeros datos históricos que se conocen de esta población se remontan a la segunda mitad del siglo XII, en esta época, Losar pertenecía a la jurisdicción de la ciudad de Plasencia y constituía uno de los lugares más importantes de la Vera en densidad de población. Su término fue donado por Alfonso VIII a la ciudad de Plasencia el 23 de marzo de 1.227.
Al igual que en muchos municipios extremeños, esta zona fue castigada duramente por la emigración durante los años 70 y 80. Cientos de losareños tuvieron que abanar su tierra en busca de trabajo y futuro. En la actualidad Losar de la Vera sigue conservando su patrimonio y todos sus encantos, y así los certifican los emigrantes jubilados que siempre vuelven a su lugar de origen.
Los jardines de Losar de la Vera son sin ninguna duda su máxima seña de identificación. A muchos les recordará a la famosa película de Tim Burton “Eduardo Manostijeras” (1990) pero, en realidad esta localidad cacereña se adelantó al film americano en 15 años. Por el inicio de 1975 un vecino de la localidad (Vicente Domínguez Pérez,) se encargó del diseño y mantenimiento de los jardines, aplicando criterios personales. El resultado no pudo ser más afortunado, un museo de esculturas vegetales donde se pueden observar figuras geométricas, cabras monteses, aves, botijos, cestas, tazas, coronas y un sin fin de detalles que no dejarán de asombrar al visitante. Para que los jardines se consolidaran, el Ayuntamiento realizó una campaña de mentalización dirigida a los vecinos, que en un principio no valoraron los jardines como se merecían. El resultado fue excelente y hoy los jardines son queridos y respetados por todos. Tras la muerte de Vicente M. Domínguez Pérez, se hizo cargo de los jardines su aprendiz José Antonio Díaz Correas, que ha continuado la labor de su antecesor con gran acierto, conservando, mejorando y ampliando los jardines.
La red fluvial está representada por un conjunto de gargantas enclavadas a lo largo de toda la ladera de la Sierra de Gredos. De todas ellas destaca la garganta de Cuartos a la que vierten sus aguas numerosos arroyos, las gargantas de Largarejo, Hortigal, Hoz, Meñas por el margen izquierdo y las gargantas de Caballerías, Matamoros y Vadillo por el margen derecho. En estas gargantas se construyeron antiguamente molinos de agua de los que aún se pueden ver restos. Además para el riego de pequeños huertos, hay que destacar el aprovechamiento del agua de la Garganta Cuartos para la generación de energía eléctrica mediante una central hidroeléctrica.
Como último punto hablaremos sobre la gastronomía de La Vera, muy condicionada a sus fríos inviernos. Las sopas de cachuela o las sopas canas son muy populares como entrantes. Los platos estrella lo forman las calderetas y los productos derivados de la matanza, caracterizada por el pimentón de la zona que da a los embutidos un sabor especial.
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