Un paseo por las Hurdes

En las Hurdes se pueden encontrar 40 núcleos de población (muchos de ellos no más que aldeas o alquerías) agrupados en cinco municipios (Pinofranqueado, Caminomorisco, Nuñomoral, Casares de las Hurdes y Ladrillar) dispersos a lo largo de cuatro valles, siempre junto a ríos para abastecerse de agua.

Casa Hurdana
Casa Hurdana

Lo que más sorprende del pueblo Hurdano es su singular arquitectura. A lo largo de sus municipios apreciamos una seña de identidad característica, el uso de los materiales autóctonos de las escarpadas laderas de la serranía Hurdana. La piedra, la madera y la pizarra negra han logrando que sus pueblos queden perfectamente integrados en el paisaje, mimetizados con la naturaleza. A pesar de que el principal elemento característico de esta arquitectura lo constituye la vivienda tradicional, existen a lo largo de la comarca innumerables construcciones (paredes, puentes, eras, corrales, terrazas, caminos, etc.) que siguiendo las características propias de la comarca se integran en el paisaje dando un claro ejemplo de adaptación del hombre al medio en que se desenvuelve.

rio Los AngelesLa segunda seña de identidad de las Hurdes es el agua. Los ríos de Las Hurdes se descubren por la limpieza de sus aguas durante todo el año. El río de los Ángeles y los que vierten aguas al Alagón, como el Hurdano, Ovejuela, Esparabán, Riomalo y el Malvellido, son auténticos protagonistas para la vida de las poblaciones hurdanas ribereñas.
Ejemplos de bellos saltos de agua son el Chorreón del Tajo en Caminomorisco, el Chorro de los Ángeles, la garganta de Aceitunilla, la de Cambron, la de Horcajada, la del Moral en Sauceda o la Cascada del Ceño. Destacamos por su majestuosidad, el Chorro de la Meancera
Además se pueden encontrar piscinas naturales en Pinofranqueado (río de los Angeles), la de Avellanar, rodeada de vegetación autóctona, la de las Mestas llamada el charco de la Ana o de la Olla, la de Caminomorisco o la de Horcajo.

Vista desde el mirador de Riomalo
Vista desde el mirador de Riomalo

Parte importante de cualquier cultura es su gastronomía. La gastronomía Hurdana se ha conservado durante siglos, heredada de padres a hijos. Algunos de los platos típicos de la comarca que pueden ser deleitados por quienes visitan esta zona . En restaurantes como «El Puente» o  «El Castúo» podemos degustar delicias tradicionales: la ensalada de limón, el cabrito en cualquiera de sus variedades (asado, cochifrito, al polen, agridulce, en caldereta, etc), matajambres, moje, los pipos, potajes y guisos caseros, socochones, patatas meneás, jigus curinus, piñonates, vino de pitarra, orujo con miel, etc. Y entre los principales productos tradicionales que encontraremos en esta natural y bella comarca destacan: la Denominación de Origen del Aceite de estas tierras, la fama alcanzada por sus mieles y pólenes, y como no sus productos cárnicos ( cabrito, cordero, jamones, embuitidos y otras carnes ), así como un sinfín de productos de la huerta hurdana (peras, cerezas, uvas, madroños, higos, castañas, setas, etc).

Arqueria
Arqueria

Historicamente las Hurdes ha sido un lugar de refugio, un lugar donde perderse, al que había que llenar de fantasias y leyendas. El interés en Las Hurdes ya estaba presente en la obra de algunos autores del Siglo de Oro español (de Matos Fragoso a Lope de Vega), que convirtieron a los hurdanos o batuecos (pues entonces se confundían ambos territorios) en seres extraños y casi mitológicos.
Más actual es la película de Luis Buñuel “Tierra sin pan”, basada en un conocido estudio antropológico de Maurice Legendre de finales de los años 20, que tan duramente retrató al pueblo Hurdano.
A día de hoy, las Hurdes es un paraíso aún sin contaminar, abierto a todos, donde se vive y se deja vivir. Es un placer descubrir una tierra alejada del ruido de las grandes ciudades que lucha por conservar sus valores e identidad.