Juan Frutos: "El mundo es muy grande y está ahí para que nosotros lo descubramos."

Nombre: Juan Frutos
Edad: 33 años
Lugar de Nacimiento: Monasterio (Badajoz)
Profesión: Periodista / Productor de cine y televisión

¿Qué le hizo mudarse a Alemania?
Estudiaba periodismo en Salamanca. Estaba ya en tercero de carrera y me apetecía estudiar en el extranjero, aprender idiomas, vivir en otro país, conocer a gente… Pensé en Italia, así que solicité la Beca Erasmus. Hice el examen de italiano y conseguí una plaza a Padova. Al final, el responsable de Relaciones Internacionales de mi facultad me comentó que había plazas libres a Alemania, así que, animado por una conocida alemana, me decidí por Bamberg, en el norte de Baviera. Además el italiano me resultó un idioma menos interesante y “facilón”, y el alemán podría abrirme más puertas, como he comprobado posteriormente. Curiosamente seguí estudiando italiano en Alemania y más o menos, conseguí los dos objetivos que me propuse. Hice cuarto y quinto de Periodismo en la Universidad Otto-Friedrich de Bamberg, puesto que me quedé un año más, después de mi experiencia Erasmus.

¿Después de todo ese tiempo, qué es lo que más le fascina de este país?
Alemania es un país de muchos contrastes. Es curioso pasear por cualquier calle de cualquier ciudad y darse cuenta de la cantidad de extranjeros que vivimos en este país. Es impresionante. Alemania ha sabido quitarse de encima la losa de Hitler, del racismo o la xenofobia… Somos más racistas en España que en cualquiera de los países en que he estado; Alemania es el menos racista, de aquellos que he tenido oportunidad de conocer.
Me fascina la capacidad integradora de Alemania, me fascina la cerveza (más de 5.000 tipos de cerveza), me fascina la perseverancia del alemán (luchar hasta conseguir lo que uno se propone), pero ¡ojo!, no todo es positivo. La imagen del alemán con la “cabeza cuadrada” es real. Hay momentos coyunturales, por ejemplo, en una importante toma de decisión empresarial, donde es muy difícil persuadir a tu interlocutor germano de que, la medida que quiere adoptar, se basa en su cabezonería, más que en éxito al que pueda abocarnos esa decisión.
Es muy satisfactorio trabajar con meticulosidad y estructura, pero he visto proyectos fabulosos que se han venido abajo por no querer salirse del papel y no actuar con espontaneidad. A los alemanes les enseñan a colorear sin salirse del trazo; si algo no sale como está dictado, se produce un desconcierto general.

¿Nos puede recomendar algunas ciudades para visitar?
Recomiendo todas las ciudades en las que he vivido: Bamberg, por ser la ciudad en la que comencé mi aventura germana. Curiosamente en su catedral está enterrado el único Papa fuera del Vaticano. Por cierto, es Patrimonio de la Humanidad. También Colonia y su catedral, al igual que Düsseldorf, la ciudad de las agencias de publicidad por antonomasia de Europa. Muy popular es el Hafen (el puerto), para salir a tomar unas copas en un ambiente cool. Pero me quedo con Nürnberg, donde resido en la actualidad. Es una ciudad preciosa, cuyas calles evocan la grandeza de una villa medieval, destruida en la Segunda Guerra Mundial y levantada de nuevo, por esa perseverancia del pueblo alemán. Es el paradigma de la constancia y el orgullo germano.

Ud tiene una empresa en Nürnberg, Colours Communication Group, ¿Cómo se animó a montarla?
La empresa la fundé concretamente en Düsseldorf. Corría el año 2006 y trabajaba como asesor de comunicación interno de E.ON, justo cuando esta empresa lanzó la OPA a Endesa. Mi trabajo era supervisar a las agencias de publicidad y oficinas de comunicación externas con las que trabajábamos en España. Cuando comencé a notar que Acciona y Enel querían meter la cabeza en Endesa, comencé a plantearme la posibilidad de trabajar con E.ON de manera externa, puesto que era evidente que, si la OPA no salía hacía adelante, iba a tener menos trabajo, o incluso, que finalizara esta gratísima experiencia laboral. Fundé Colours Communication Group y comencé a trabajar con un solo cliente, E.ON. Poco a poco, debido a esta importante referencia, Colours CG empezó a coger forma y hacerse un huequito en el mundo de la comunicación internacional. Posteriormente abrimos la oficina de Nürnberg y hace un poquito más de un año, abrimos otra sucursal en Extremadura. Y ahí seguimos, trabajando para rebajar, en la medida de lo posible, la incertidumbre diaria que este sector te concede.

Entre otros trabajos, han hecho un documental llamado «Pueblos de Europa» donde muestran las singularidades de veinte poblaciones europeas de Alemania, Polonia, Italia y España. ¿Cómo fue la experiencia de rodar en 4 paises diferentes?
«Pueblos de Europa» ha sido el primer proyecto audiovisual que he llevado a cabo como Colours Communication Group. Ya había trabajado en otras productoras y canales de televisión haciendo docus o reportajes, pero esta era la primera vez que me iba a embarcar solo, y encima en un megaproyecto audiovisual. Nos llevó casi dos años de preproducción y unos tres meses de grabación, si mal no recuerdo. Al final hice lo tenía en mente: un documental sobre pueblos de Europa.

Siempre he sido una persona muy rural, a pensar de vivir en grandes ciudades. Me gusta salir a la calle y en dos pasos verme andando por una vía pecuaria, oliendo a jara y a romero; ver a los abuelos sentados en el parque, conversar con ellos. Ser espectador de un partido de fútbol, donde los niños utilizan sus prendas de vestir como postes, saludar a cualquiera que pase por la calle, aunque no lo conozcas. Me gusta la vida de un pueblo, así que pensé: ¿por qué los pueblos tienen que estar siempre en segundo lugar? Hay pueblos que tienen que ser conocidos por todos y es lo que buscaba con este documental, darlos a conocer dentro de nuestra posibilidades.

Además vemos que Extremadura está muy presente en el Documental ya que todas las localidades españolas del documental son extremeñas. ¿Qué le llevó a elegirlas?
Son veinte poblaciones: tres de Italia, cinco de Alemania, cinco de Polonia y siete de España, concretamente de Extremadura. Son siete localidades que me gustan mucho; que visito a menudo y que tengo muy presentes. Son el reflejo de nuestra Extremadura rural. La Extremadura desconocida, la de los paisajes, la de sus gentes, rica en historia y patrimonio. Según mi punto de vista, estas siete poblaciones podían trasmitir al espectador cómo son los pueblos de Extremadura, al fin y al cabo, una parte desconocida de esos miles de pueblos de Europa, perdidos en el Viejo Continente.

Recordando aquella película de Alfredo Landa, ¿animaría a algún extremeño a vivir en Alemania?
Animo a cualquier persona a salir de Extremadura por un tiempo, porque así terminarás valorando mucho más todo lo que tenemos cerca de nuestra casa. Y esto vale para los habitantes de cualquier región o cualquier ciudad del mundo, no sólo para el extremeño. Estar en un lugar, durante tanto tiempo, nos termina vendando los ojos. Cuando no tenemos experiencias enriquecedoras, como las que nos aporta una visita al extranjero, estamos ahogando nuestra propia personalidad, nuestra capacidad creativa, nuestra habilidad para soñar, para buscar otros caminos. El mundo es muy grande y está ahí para que nosotros lo descubramos.

¿Se puede encontrar algún producto extremeño en los supermecados alemanes?
Claro, solemos comprar jamón serrano en un supermercado cerda de mi casa. También compramos chorizo de Pamplona y aceitunas de Sevilla… De Extremadura no he visto nada, al menos donde yo voy. Sé que en grandes centros comerciales alemanes se pueden comprar productos extremeños sin problemas: aceite de oliva, aceitunas… No obstante, el producto que más se exporta es el vino.
Creo que los organismos de la Junta de Extremadura están trabajando muy bien para conseguir estos objetivos; el problema en nuestra región es que los “viejos empresarios” piensan en vender sus vinos al alemán o al inglés, sin problemas. Los empresarios, poco a poco, están descubriendo que hay que invertir un dinerillo en una campaña de medios o en diseñar un plan estratégico de posicionamiento de marcas. Ya se han dado cuenta de la importancia de tener a un Export Manager entre sus trabajadores. También tardaron en ver la importancia de tener una web, por eso tienen que confiar en los profesionales que les asesorarán para tener éxito. Al fin y al cabo, el éxito de tu cliente es tu éxito, eso es evidente.

Por último, ¿qué los que siempre se lleva en su maleta después de visitar su pueblo natal?
Buena pregunta. Suelo ir a Extremadura una vez al mes por trabajo, así que procuro traerme aceite de oliva y embutidos, por supuesto, de Monesterio. Si puedo me traigo aceitunas y cositas así, que no se encuentran por aquí, al menos, con la excelente calidad que diferencia los productos extremeños del resto.