Hotel Atrio, el Gran Hotel de Extremadura

Como si del mejor de los platos se tratase, Jose Polo y su socio Toño Pérez han cocinado con mucho mimo y paciencia su pequeño paraiso terrenal en el centro histórico de Cáceres, el hotel Atrio. Los ingredientes han sido de primera calidad, una antigua casa del siglo XVIII, los arquitectos Muñón y Mansilla, talento y años viajando por hotels de todo el mundo. El resultado final es el Hotel Relais & Chateaux Atrio, premiado como edificio (VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo /premio FAD de Arquitectura 2011) , aclamado como restaurante (2 estrellas Michelín) y confortable como hotel (5 estrellas).

Desde el momento en el que se pone un pié en el hotel, se repira paz y tranquilidad; todo fluye correctamente cual máquina bien engrasada. Parte de esa sensación sensación de equilibrio es debida al excelente trabajo de los arquitectos Luis M. Mansilla y Emilio Tuñón. El edificio es arquitectura con mayúsculas, lleno de amplios espacios, luminosidad y atención hasta en el más mímino detalle.
En la planta baja están la recepción, el bar y el restaurante, iluminado por un patio interior y decorado con cuadros de Antonio Saura, Santiago Sierra y algún regalo de la galerista Alemana Helga de Alvear.En las dos plantas siguientes se distribuyen las 14 habitaciones (nueve habitaciones y cinco suites) todas diferentes y equipadas para dar el mayor confort posible al cliente.
Colchones de muelles encapsulados, almohadas de plumas, calefacción radiante, aire acondicionado, sofás de fabricación danesa, grifería y lámparas basadas en diseños de Arne Jacobsen y amenities de diseño italiano. Merece mención especial la gran bodega, de planta redonda, con estanterías de roble para albergar su amplia selección de vinos y champanes que la han hecho famosa por todo mundo. Otra de las joyas del hotel se sitúa en la última planta, una amplia terraza con dos piscinas para darse un chapuzón por el día o disfrutar durante la noche de unas vistas incomparables del casco antiguo iluminado.

Tomando un café con Jose Polo (50% de Atrio) él me definía Atrio como un Gran Hotel, un lugar donde se vende el trato humano y se recuerda a cada cliente por su nombre y apellidos. En mi humilde opinión, creo que ahí está la diferencia, porque se puede ser un Gran Hotel con sólo 14 habitaciones.

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